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Curiosidades, misterios y enigmas

Historia y Misterios de la Plaza de Cibeles

Madrid late en piedra, agua y mitos. En el corazón de la ciudad emerge la Plaza de la Cibeles, escenario de celebraciones, gestas y transformaciones culturales, sociales y arquitectónicas. Fue en tiempos de Carlos III, el rey “mejor alcalde de Madrid”, cuando la fuente fue instalada (1782–1784) para adornar una ciudad en plena expansión neoclásica. Con su diosa inmóvil y sus leones guardianes, la plaza encierra narraciones en las que se mezclan mitología, poder y urbanismo. En este vídeo, podrás dar un paseo visual e histórico por este emblemático lugar.

Los edificios que abrazan la plaza de Cibeles

A cada lado de la Cibeles se alzan obras arquitectónicas memorables:

  • Palacio de Cibeles (antiguo Palacio de Comunicaciones / sede del Ayuntamiento): Este edificio de estilo ecléctico, con influencias modernistas, fue inaugurado a principios del siglo XX. Su presencia domina la plaza, conectando visualmente con el Paseo del Prado y la Calle Alcalá.
  • Banco de España: Majestuosa sede bancaria con fachada clásica, repleta de cornisas, columnas y esculturas, que otorga solemnidad al entorno.
  • Palacio de Buenavista (sede del Ministerio de Defensa): Ubicado al oeste, con una estética sobria y señorial. Un palacio con una historia que seguro que te sorprenderá.

La historia de la diosa Cibeles

Cibeles (o Cibele) es una divinidad madre y de la tierra, originaria de Frigia, venerada como protectora de la naturaleza y los rebaños. En la mitología grecorromana, su culto implicaba procesiones, música y rituales de fertilidad. En la iconografía habitual, aparece entronizada, coronada y acompañada por leones.

La escultura de la fuente madrileña representa esta figura sentada, con túnica, cetro y corona. Bajo su mandato simbólico, el agua brota generosa, señal de prosperidad para la ciudad que la acoge. Fue esculpida por Francesco Gutiérrez, con aportes del arquitecto Ventura Rodríguez (proyecto definitivo) y de los escultores Francisco Gutiérrez, Roberto Michel (modelo de los leones) y Francisco López (decoraciones). Su emplazamiento se decidió durante la fase de transformación urbanística impulsada durante el reinado de Carlos III, como pieza de ornamentación que «civilizaba» el espacio público madrileño.

La elección de la figura mitológica no fue fortuita: simboliza la cuidadosa combinación de poder terrenal, control del agua —un bien vital en la ciudad— y dignidad estética.

Los leones: Atalanta e Hipómenes

Los dos leones que tiran del carro de la diosa Cibeles no son meros adornos: representan a Atalanta e Hipómenes, personajes de la mitología griega cuya historia combina amor, desafío y castigo divino.

Atalanta era una veloz cazadora, consagrada a la diosa Artemisa, que no deseaba casarse. Para librarse de sus pretendientes, propuso una carrera: se casaría solo con quien la venciera, pero quien la perdiera sería ejecutado. Nadie la superaba hasta que apareció Hipómenes, protegido por Afrodita, quien le entregó tres manzanas de oro. Durante la carrera, Hipómenes las fue arrojando al suelo; Atalanta, curiosa, se detuvo a recogerlas y así él ganó.

La historia de la Plaza de Cibeles ¿Quiénes son los leones?

Sin embargo, olvidaron agradecer su triunfo a la diosa Afrodita, que los castigó transformándolos en leones condenados a tirar eternamente del carro de Cibeles. En la fuente madrileña, estos dos animales encarnan la pasión domada y la fuerza sometida al orden divino, simbolizando el poder de la razón y de la armonía urbana sobre los impulsos salvajes. Sus cuerpos tensos y expresivos, que dan la sensación de movimiento detenido, como si aún lucharan por liberarse del yugo mítico que los unió para siempre a la diosa.

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