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Mitos y leyendas

LOS 12 DIOSES DEL OLIMPO Y SUS EQUIVALENTES ROMANOS

En la antigua Grecia se rendía culto a multitud de deidades; pero los doce dioses del Olimpo, con Zeus a la cabeza, eran las deidades más importantes de su panteón, además de que continúan siendo las más conocidas en nuestros días. Imposible olvidarse de ellos, especialmente si nos damos un paseo por cualquier museo, donde son protagonistas indiscutibles.

Los recordamos principalmente por sus disputas y aventuras amorosas; porque protegían a sus mortales favoritos o les hacían la vida imposible; pero cada uno desempeñaba además un papel fundamental en la visión griega del mundo, representando ideales y características importantes de la naturaleza y de la condición humana, como la justicia, la lealtad, la sabiduría, la guerra, la familia o la belleza. 

También, tenían complicados lazos familiares entre ellos. Vamos a hacer una rápida revisión de todos ellos, así como de sus equivalentes romanos, en este vídeo de Academia Play.

Espero que os haya gustado el vídeo, ahora vamos a a conocerlos más en detalle e incluso descubriremos cómo se hicieron con el poder.

Los 12 dioses del Olimpo

A lo largo de los siglos la lista de los olímpicos fue variando. Los diferentes dioses estaban asociados a ciudades y, según estas estaban en el apogeo de su poder o en decadencia, algunos nombres salían de la lista para dar lugar a otros; pero siempre eran doce.

Zeus, los dioses olímpicos
Zeus de Esmirna (Museo del Louvre)
  1. Zeus, el rey de los dioses y dios del cielo y el trueno.
  2. Hera, reina de los dioses y esposa de Zeus. Era la diosa del matrimonio y la familia.
  3. Atenea, diosa de la sabiduría, la guerra justa y las artes.
  4. Poseidón, dios del mar, de los terremotos y de los caballos.
  5. Ares, dios de la guerra.
  6. Artemisa, diosa de la caza, de la naturaleza y de la luna.
  7. Apolo, dios del sol, de la música, de la poesía y de la profecía.
  8. Deméter, diosa de la agricultura y de la cosecha
  9. Afrodita, diosa del amor y de la belleza.
  10. Dioniso, dios del vino, del teatro y de la diversión.
  11. Hermes, mensajero de los dioses, dios del comercio y de  los ladrones.
  12. Hefesto, dios del fuego y de la forja.

Los de arriba son los doce que aparecen más habitualmente en las listas de dioses del Olimpo. Aunque hay otros nombres que surgen entre ellos, como Hestia, diosa del hogar y de la familia; Hércules o Leto, siendo Dioniso a menudo el reemplazado. Por otro lado, Hades, dios del inframundo, no aparece entre ellos porque él no vivía en el Olimpo, a pesar de su importancia.

Por cierto, como habéis podido ver en el vídeo, a menudo es fácil confundir los nombres de los dioses en la mitología griega y romana. Así que, más abajo, os dejo un juego para ver si podéis identificarlos y relacionarlos.

El origen de los dioses olímpicos

Como ya hemos dicho, a estas deidades griegas se las conocía como los dioses del Olimpo o los Olímpicos, porque vivían precisamente en el monte Olimpo, el pico más alto de Grecia. Antes de ellos, el mundo estaba gobernado por los titanes a cuya cabeza se encontraba Cronos.

Los seis olímpicos más poderosos: Deméter, Hera, Hades, Hestia, Poseidón y Zeus, precisamente eran hijos de Cronos y de su hermana Rea, y su llegada al poder fue de lo más sangrienta. Veamos, a grandes rasgos, cómo se produjo el relevo generacional.

Saturno devorando a su hijo, por Francisco de Goya,

Rea había predicho que uno de sus hijos destronaría a Cronos. Temeroso de que la profecía se cumpliera, el rey de los titanes devoró a los primeros cinco hijos que Rea dio a luz. 

Finalmente, Rea logró salvar y esconder al último de ellos, Zeus. Con el tiempo conseguiría salvar a sus hermanas y hermanos y liderarlos hasta vencer a su padre y al resto de los titanes.

En esta cruenta batalla, que duró diez años y que es conocida como la Titanomaquia, los seis dioses fueron ayudados por sus tíos, los cíclopes y los hecatónquiros.

Tras su derrota, los titanes fueron confinados en el Tártaro, menos Atlante que por haber sido su líder, fue condenado a sostener la bóveda celestial sobre sus hombros eternamente.

Atlante sosteniendo el mundo

El resto de los dioses olímpicos son descendientes de estos seis primeros, excepto por Afrodita, que tuvo un origen «la mar de original,» incluso para lo que era típico entre los dioses griegos.

Dioses de la mitología griega y romana

La mitología griega está repleta de historias fascinantes sobre sus dioses y diosas. La mitología romana, influenciada en gran medida por la griega, adoptó a estos dioses y sus increíbles leyendas. Aunque, eso sí, les dieron, en su mayoría, nuevos nombres, tal y como hemos visto en el vídeo de arriba. Os propongo un juego en el que tenéis que relacionar a las deidades griegas con sus equivalentes romanos ¡Buena suerte!

Estos dioses no solo eran adorados y temidos por los antiguos griegos y romanos, sino que también han influido profundamente en la cultura, la literatura y el arte de todos los tiempos. La transición de la mitología griega a la mitología romana muestra cómo las culturas antiguas se influenciaban mutuamente y cómo adaptaban sus creencias a nuevas interpretaciones y contextos geográficos e históricos.

Dioses menores y otras criaturas mitológicas

La mitología griega no solo está protagonizada por los grandes dioses del Olimpo, sino también por multitud de dioses menores y criaturas mitológicas que enriquecían su vasto panteón y eran vitales para entender la riqueza y diversidad de las creencias de la Antigua Grecia. Estos seres jugaron papeles cruciales no solo en las leyendas clásicas, sino que continúan capturando la imaginación de las personas hoy en día y han sido ampliamente representados en el arte. Vamos a ver una pequeña muestra.

Hebe era la diosa de la juventud, hija de Zeus y Hera. En el Olimpo, su función principal era servir néctar y ambrosía a los dioses, que les otorgaba la eterna juventud. También es conocida por su matrimonio con Hércules, tras el ascenso de este al Olimpo.

Eos era la diosa del amanecer, hermana de Helios (el sol) y Selene (la luna). Se le describe como una figura que abría las puertas del cielo para que el carro de Helios pudiera pasar. Era madre de los vientos y las estrellas. También es famosa por sus romances con mortales, incluido Tithonus, a quien concedió la inmortalidad, pero se olvidó pedir la eterna juventud para él, lo que le llevó a un envejecimiento sin fin.

Hécate era una diosa asociada con la magia, la hechicería, la noche y los fantasmas. Era una de las deidades que tenía poder tanto en la tierra como en el inframundo. Se le rendía culto en los cruces de caminos, invocándosela en ritos mágicos. Hécate era una figura protectora, especialmente para los viajeros.

Eris era la diosa de la discordia y los conflictos. Era una figura odiada, excepto por su hermano Ares, el dios de la guerra, por su capacidad para causar problemas allá a donde iba. De hecho, jugó un papel fundamental en la leyenda de la Manzana de la Discordia y, por tanto, en la Guerra de Troya.

Claro que la mitología griega también estaba plagada de otras criaturas míticas y entidades menores. Vamos a hacer un repaso a alguna de ellas:

Las ninfas eran espíritus de la naturaleza que habitaban en árboles (las dríades), fuentes (las náyades), montañas (las oréades) y otras localizaciones naturales. Eran conocidas por su belleza y su conexión con la naturaleza. A menudo interactuaban con dioses y mortales, protegiendo sus dominios naturales.

La Quimera era una criatura monstruosa que combinaba partes de diferentes animales. Generalmente se la representa con la cabeza de un león, el cuerpo de una cabra y la cola de una serpiente. Fue derrotada por el héroe Belerofonte montado en el caballo alado Pegaso. Simbolizaba el caos y el desorden.

Cerbero era el perro de tres cabezas que guardaba la entrada del Hades, el reino de los muertos. Además de sus tres cabezas, tenía una serpiente en lugar de cola y múltiples cabezas de serpientes en su lomo. Su función principal era impedir que los muertos salieran del inframundo o que los vivos entraran sin permiso. Fue capturado por Hércules como uno de sus doce trabajos.

Las sirenas, en la mitología griega, poco tenían que ver con el personaje de Disney. Eran criaturas marinas con cuerpo de pájaro y cabeza de mujer, cuyo canto, bello y melodioso, atraía a los marineros a la muerte.  Son famosas por su encuentro con Odiseo en «La Odisea», quien, advertido de su peligro, ordenó a su tripulación que se tapara los oídos con cera mientras él se ataba al mástil del barco para poder escuchar su canto sin sucumbir a él.

Las harpías eran criaturas con cuerpo de ave y rostro de mujer. Se las asocia con tormentas y viento, atribuyéndoselas el robo de comida y la tortura de las almas condenadas. Son conocidas por su participación en el mito de los Argonautas, donde atormentaban al rey Fineo hasta que fueron expulsadas por los héroes.

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